martes, 1 de septiembre de 2020

Domingo, Paseo Marítimo - Las Palmas de Gran Canaria.

 

 

 Paseo Marítimo - Las Palmas de Gran Canaria - Febrero de 2014

 

Me voy al Paseo Marítimo para ver cómo se manifiesta el temporal en el mar. Camino sintiendo la brisa marina. El fuerte viento mueve las altas palmeras, en una danza lenta, armónica, espléndida.

Creía que no habría casi nadie, por el gran vendaval que acontece, pero hay más gente paseando de la que me imaginaba.

Una de las cosas que no me gusta del Paseo Marítimo de las Palmas, es que la calzada parece una autopista en la que los coches van por la ciudad a 80/90 por hora… y se huelen los gases de los tubos de escape.

Hoy no se huelen, porque gracias al Hermano Viento, se dispersan y se disuelven.

Juego a aprender a vivir en armonía con lo que tengo alrededor en cada momento y de repente, tengo una sensación extraña…

Se agudiza mi oído izquierdo y escucho la bravura de las olas rompiendo en el dique, es un sonido sordo, muy conocido, continuo, que se mantiene.

Y a la vez, se activa mi oido derecho. Oigo el rugir de los motores de los coches. Giro la cabeza hacia la calzada y los voy viendo pasar. La diferencia de este ruido, con el sonido del mar se me manifiesta de una manera muy clara.

A la izquierda, lo continuo, lo que fluye, la armonía; a la derecha, lo que no perdura, el ruido de cada coche se va… para pasar al siguiente… se vuelve a ir… llega otro…

Y así, de izquierda a derecha, de derecha a izquirda, jugando a escuchar lo que quiero oír en cada momento. me llega algo muy claro. Los coches, como las emociones y los pensamientos, vienen y se van… es mi decisión dejarlos marchar y no quedarme enganchada a ellos… si me quedo escuchando el ruido de los coches me vuelvo loca… si mantengo mis emociones dolorosas… no vivo… si me quedo con los pensamientos machacantes, me amargo, me confundo, me lío.

¡Es tan fácil¡ Sencillamente dejo marchar aquello que me disturba, no me lo quedo… lo dejo ir… como cuando estás viendo una película que no te interesa mucho y pasa fotograma tras fotograma sin enterarte de qué va el tema… como los coches en la autopista… pasan y pasan y no captas el color, la matrícula, el conductor…

Sigo caminando, observando, sintiendo, el pelo revuelto por la cara, y la caricia del viento. Me pongo a cantar Luccia de Lamermoor. Con el viento hasta me salen bien y todo los gorgoritos…. Tomo aire, lleno mi barriga y canto desde ahí… esa otra aria de María Callas que no recuerdo su nombre… de Aida???.... Cosiiiiiiiiiiiiiiiiiii…. Cosiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…. La la la laaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

Aaaaaaaaah!!!, una pareja de extranjeros me están adelantando (sin poner intermitente…), se me quedan mirando, no me inmuto y sigo con mi aria, al ponerse delante de mí y estar en mi pantalla mental los observo… fijo mi atención en el espacio alrededor de sus cuerpos físicos, veo la energía alrededor de ellos…Guau!!! Hoy estamos por el Paseo los locos!!! Ahora lo entiendo, todos los que estamos paseando en este momento, somos los que vamos al revés del mundo. Aunque… ¿Quiénes son los locos realmente, nosotros o ellos?

Son una pareja de septuagenarios, cogidos de la mano y ambos están contenidos en la misma esfera energética…Están contentos!!! Su energía irradia totalidad, unión… ¡Qué gusto! He disfrutando observándoles cómo se alejaban a buen paso.

Y respirando, inhalando y exhalando la esencia del mar, las micro partículas de agua que me acarician la cara y escribiendo mentalmente el segundo capítulo de las Crónicas de una Extraterrestre he entendido… Por fin he entendido algo tan sencillo… ¿Por qué me ha costado tanto tiempo, tantas vidas comprenderlo?... se me presenta así… sin ton ni son… sin avisar…

Lo que hace unos días tenía sentido... hoy está obsoleto… empezaré otras crónicas… con otro nombre diferente… por ejemplo “La extraterrestre que se hizo terrestre”

He entendido, que mi espíritu, mi esencia, como sea que lo quiera llamar, - las palabras siguen entorpeciéndonos- es siempre el mismo, aquí… allá… en este planeta, en mi planeta anterior, a través de todos los universos.

Que mi ser vive en tiempo circular y depende de donde ponga mi atención vivo un aspecto u otro… Que diferentes aspectos de mi espíritu experimentan, viven a la par situaciones diferentes, en sitios diferentes.

He entendido, que sintiendo añoranza de lo que olvidé, olvido de nuevo vivir en el presente que es lo único real… el eterno aquí y ahora…

He entendido, que si estoy conectada con mi corazón, con mi verdadero ser, el escenario no tiene importancia, llámese Canarias, Girona, la Conchinchina, planeta Tierra, estrella Sirio o más allá de nuestra Galaxia.

He entendido que cuando permito que mi verdadera esencia florezca en lugar de dejarla arrinconada en los confines de mí ser… no hay cuestiones, ni inadaptaciones, ni melancolías, pues mi Espíritu vive en Plenitud allí donde me encuentre.

Y también he entendido que cuando estoy con mi conciencia expandida lo que siento es un profundo Amor por todo, por toda la vida, por todos los seres que me rodean, pues cada cual tiene a su vez su Chispa Divina y juntos formamos toda Realidad.

Siento y expreso que ese “he entendido” es algo más que comprender un razonamiento, mucho más que un concepto filosófico.

Es el “he entendido” de la aceptación de que todo lo que nos acontece es perfecto y completo… aunque a veces queramos entenderlo de una manera secuencial desde la mente.

Respirando Mar, escuchando agua a mi izquierda, coches a mi derecha, con ese “he entendido”, se me ha ido la carga de miles de vidas aquí en la tierra, porque por fin soy consciente de mi verdadera Esencia.

Y al final, para concluir, he llegado a la zona donde están las máquinas de ejercicio para los yayos y me he puesto a pedalear como una loca mirando el ancho y profundo mar.

Aho!!

Aguamar Nómada - La Abuela Tejedora de Sueños

Domingo, 16 de febrero de 2014

Paseo Marítimo, Las Palmas de Gran Canaria

 

 


 

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