sábado, 21 de noviembre de 2020

Abuelo Roble - Can Massats - San Quirze de Besora.

 Abuelo Roble


Abuelo Roble, enséñame, cómo tú,

A sentir mis raíces expandidas en la profunda tierra,

Y mis brazos alzándose hacia el inmenso Cielo.

 

Abuelo, ayúdame a olvidar las ofensas,

a ser observadora de lo que a mi alrededor acontece,

y a limpiar mi cuerpo, mi emoción y mi mente. 


Abuelito,  permíteme que abrazándote,

me libere del dolor, de la tristeza y el desamor,

Y mi ser vibre en la profunda armonía que mi Corazón conoce.

 

Abuelo, abuelo, bendíceme con tu energía y oye mi rezo.

Quiero escuchar la voz del Hermano Viento en tus hojas,

meciéndonos en la infinita danza del universo.

 

Abuelo, abuelito,  consuela mis lágrimas

y hazme revivir mi conexión con la Naturaleza

Para descorrer el Velo de la Ilusión efímera.





Sin rima ni métrica - Aguamar Nómada - La Abuela Tejedora de Sueños

21 de noviembre de 2011, al Abuelo Roble

 

Simetría del lado izquierdo de la imagen de arriba, por Aguamar Nómada.

 
 
Simetría del lado derecho - Aguamar

 
 
La Casita del Gnomo - Aguamar Nómada

 
 
Abuelo Roble - Aguamar Nómada

 
 
Detalles del Abuelo Roble, por Aguamar Nómada 

 
 
 
El Duendecillo del Roble, por Aguamar Nómada

 


 


 

 

 


sábado, 7 de noviembre de 2020

Puedo escribir los versos más tristes esta noche - Quiero Escribir los versos más alegres esta mañana.

Cómo réplica al precioso poema de Pablo Neruda "Puedo escribir los versos más tristes esta noche", que transcribo seguidamente, escribo a continuación, "Puedo escribir los versos más alegres esta mañana"

 

Pablo Neruda - Santiago de Chile  (1904-1973)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

 

 

Aquí está mi versión, en homenaje a Pablo Neruda.

 

Quiero Escribir los Versos Más Alegres

 

Puedo escribir los versos más alegres esta noche…

Aunque sean las once de la mañana…

Con la espalda dolorida,

La vértebra torcida…

El humor candente

Y el corsé contundente….

 

Puedo escribir los versos más alegres esta mañana…

Aunque no veo más que todo enmarañado…

Y mi camino se ha cortado…

 

Puedo…

Quiero escribir los versos más alegres esta noche…

Aunque sea de día…

Y ansío saber qué miedo me ha causado esta herida…

 

Voy a escribir los versos más alegres esta mañana

Despertando de esta sueño

Y encontrando algo risueño….

 Aunque esta tarde estoy escribiendo los versos más tristes…

Sintiendo mi corazón en ristre…

 

22 de septiembre de 2012 – Las Palmas de Gran Canaria

Aguamar Nómada - La Abuela Tejedora de Sueños.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Poesía - Fernando Pessoa

Uno de los poetas que me fascina es Fernando Pessoa, sobre todo cuando supe que escribía con tres heterónimos: Ricardo Reis, Álvaro de Campos y Alberto Caeiro, inventando un personaje y estilo diferentes para cada uno de ellos.

Uno de los poemas de Pessoa que más me gusta, es su Tabaquería, escrito bajo su heterónimo de Alvaro de Campos, sobre todo el primer párrafo.

Para quien esté interesado en profundizar en la vida del autor, en el enlace del final encontrarás su biografía y transcribo un párrafo:  

"A partir de 1914 proyectó su obra sobre tres heterónimos: Ricardo Reis, Álvaro de Campos y Alberto Caeiro, para quienes inventó personalidades divergentes y estilos literarios distintos. Frente a la espontaneidad expresiva y sensual de Alberto Caeiro, Ricardo Reis trabaja minuciosamente la sintaxis y el léxico, inspirándose en los arcadistas del siglo XVIII, mientras que Álvaro de Campos evoluciona desde una estética próxima a la de Walt Whitman hasta unas preocupaciones metafísicas en la tarea de explicar la vida desde una perspectiva racional".

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pessoa.htm

 Tabaquería - Fernando Pessoa 

(Bajo su heterónimo Alvaro de Campos)

 No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.

 

martes, 27 de octubre de 2020

Las Salinas de Tenefé - Pozo Izquierdo - Isla de Gran Canaria

El viernes día 23 de octubre, fuimos de visita guiada a las Salinas de Tenefé en Pozo Izquierdo. No puedo decir que superó nuestras expectativas, porque fuimos sin ellas, con la intención de conocer más a fondo la cultura y costumbres de la isla.

El lugar espléndido, el Atlántico nos regaló un azul inmenso y el viento que caracteriza la zona, se hizo patente, clarificándonos las ideas y... alborotándonos la melena. 

Aparte de enriquecernos con toda la buena información que nos dio Manuel sobre las salinas, tener la oportunidad de saborear las diferentes sales, degustar el fantástico piscolabis, con aguacate y manga ecológicos de producción propia, entre otras deliciosas viandas, lo que más nos impresionó y con lo que más disfrutamos, fue con la calidez humana, la sencillez y simpatía de los hermanos Navarro, que gestionan actualmente Las Salinas, a la manera antigua.

Gracias, Chano, José, Agustín y Manuel, por vuestro buen hacer, vuestro acogimiento de corazón, y la labor tan increible que habéis hecho y seguís haciendo de regeneración de las antiguas salinas de Tenefé.

Comentaré, que además de toda la informacion, la degustación con el rico vino, queso de San Mateo, etc. etc. los hermanos Navarro nos regalaron una bonita sorpresa, que no voy a comentar, para que no deje de ser sorpresa para los visitantes.

Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien, con tan buena gente.

Gracias, gracias, gracias. 

 

Sombras

                                                                  

 Siluetas

 

¡Ummmmm! ¡Qué rico todo!

 

¿Qué me llevo a casa?

 

 

¡Mar Salada y Olé!

 

 

La Sal de la Vida


 

Inmensidad

 

 

El viejo Molino y el Mar

 

 

El Ocaso de los Dioses

 
 
 
Arco Iris 
 


 
Fotografía Cris, Mar y Aguamar - Diseño y relato, La Abuela Tejedora de Sueños.
Las Salinas de Tenefé - Hermanos Navarro - Pozo Izquierdo - Gran Canaria
23 de octubre de 2020
 

lunes, 12 de octubre de 2020

La Glándula Pineal y la Espiritualidad - Dr. Sergio Felipe de Oliveira.

           Entrevista al Dr. Sergio Felipe de Oliveira durante el Congreso Espirita Conciencia. 


Interesante información  sobre la Glándula pineal y la espiritualidad.

 

Durante más de 2000 años, la glándula hipófisis fue reconocida como asiento del alma. y ventana hacia otras dimensiones. Desmerecida con el paso del tiempo, la ciencia enfoca nuevamente hacia las funciones ocultas del “ojo vestigio”.

En los albores de mi adolescencia, cuando las charlas junto a mi padre brincaban de lo escéptico a lo paranormal, uno de los tópicos más excitantes que recuerdo era la fiabilidad de las experiencias extra corporales durante la muerte clínica. Él solía recalcar que los años de estudio en la Facultad de Medicina le habían valido para aprender que no existen órganos, más allá de los ojos físicos, que permitan a un ser humano observar escenas desde otra perspectiva que no fuera la del propio cuerpo.

 Sin embargo, cuando 20 años más tarde el destino me llevara a los corredores de la misma universidad, las cátedras de citología humana revelaron a mi espíritu un hecho tan curioso que mi padre había pasado de largo en nuestras discusiones; un conocimiento del cual yo podría haber hecho gala, aunque ya no sirviera de mucho; un secreto alojado en un entramado de células tan diminuto y escondido, pero que aún tenía la capacidad de controlar procesos metabólicos vitales y de reaccionar, igual que un ojo corriente, a la luz externa,

El ojo medial

La posibilidad de que un órgano visual se encuentre ligado a un tipo de percepción de partículas más finas que las moléculas convencionales (50μ) es, al menos de momento, completamente indemostrable. Sin embargo, el cuerpo pineal, pequeñísimo tesoro glandular alojado justo por encima del accidente óseo conocido como “fosa pineal”, no solo es capaz de percibir estados lumínicos externos, sino que su estructura molecular anteromedial se asemeja a un ojo corriente en el estado más primitivo.

 Por supuesto, mientras que para los círculos esotéricos, este “ojo” representa mucho más que un órgano vestigio, los científicos aún no concluyen en el discernimiento de las funciones que originalmente poseía el complejo fotorreceptor “retina-pineal”.

Según la concepción evolucionista acerca de la glándula pineal, el órgano tal y como se presenta actualmente comenzó como un sistema desordenado de fibrillas nerviosas ubicadas en la superficie del cráneo, especializadas en captar luces y sombras del mundo externo con el fin de proporcionar al individuo más posibilidades de escape en el caso de un ataque predatorio. A decir verdad, este hubiera sido el origen mismo tanto de los ojos como del cuerpo pineal, los cuales se hubieran diferenciado permaneciendo fuera del cráneo los primeros, y hundiéndose en éste el segundo. Pero mientras una muy reciente hipótesis propuesta por David Klein, jefe neuro endocrinólogo de la NICHD, plantea la posibilidad de que las retinas primitivas hayan ejercido la función dual de captación de imagen y producción de melatonina, y que esta última función haya migrado hacia la pineal como órgano emancipado, la degeneración de la retina como productor de melatonina en mamíferos aún continuaría sin explicación coherente.

Aunque hoy en día se reconozca a la pineal como una glándula destinada de forma exclusiva a la secreción endógena, lo cierto es que en el ser humano, todavía puede apreciarse una importante capacidad fotosensorial, reconocida científicamente como vital para el desempeño de un ciclo circadiano normal.

Un hecho asombroso es que, si ambos globos oculares fueran extirpados y la vía anatómica desde el área frontal hacia la mencionada glándula se encontrara liberada bajo condiciones lumínicas, este órgano aún podría responder al estímulo, de manera similar a como lo hacían los ojos físicos. Este hecho lleva a pensar a muchos científicos que la glándula pineal es mucho más que un ojo degenerado, y que algunos fenómenos del gran enigma que representa el cerebro, como la formación de imágenes o la interacción de este con espacios físicos compuestos de partículas hipotéticas menores a las conocidas, podrían tener como coprotagonista a este pequeño centro neuronal, resumido en un espacio cónico de tan solo 5 mm. de diámetro.

Según el Doctor Sérgio Felipe de Oliveira, Master en Ciencias por la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo y director de la Clínica Pineal Mind, el incremento de la actividad pineal se encuentra estrechamente relacionado con las actividades psíquicas, tales como visiones o meditación. Según Oliveira, la glándula pineal actuaría como un pequeño receptor de ondas, en el cual, pequeñas calcificaciones del órgano conocidas como “acérvulos” jugarían un rol especial. “En mi tesis de Master en la USP, investigué los cristales de apatita de la pineal, mediante la difracción de rayos X, T.C. y resonancia magnética. Tuve la oportunidad de observar en los cristales una microcirculación sanguínea que los mantiene metabólicamente activos y vivos.

Pienso que son estructuras diamagnéticas que repelen ligeramente el campo magnético, y eso hace que la onda camine en rebote de un cristal a otro (…) Así se produce el secuestro del campo magnético por la glándula”.

Además, entre las múltiples funciones endógenas de la pineal (controlar los centros hipotalámicos, ritmos biológicos, efecto desintoxicante de radicales libres y protector de drogas anticancerosas) se encuentra la de liberación de la DMT, conocida en la jerga científica como la “molécula espiritual”. La liberación de esta molécula, considerada como uno de los neurotransmisores alucinógenos más poderosos para el ser humano, se ve incrementada por la glándula durante el estadío de sueño, estados de meditación y la inminencia de muerte. Cada caso mencionado, relacionado como una interacción aumentada entre el cerebro y otros planos dimensionales adyacentes, son cuestionadas por los escépticos como un fenómeno físico-químico limitado al órgano cerebral. Sin embargo, no existen al momento hipótesis válidas que relacionen el porqué de la liberación de DMT (y la consecuente formación de imágenes en la pineal) con los estadíos cercanos a la muerte.

Tal como lo reconoce Rick Strassman, célebre protagonista en exhaustivos estudios de los efectos de la DMT en humanos, la glándula pineal no sería más que el sexto chakra o ajna del cual habla la tradición védica, la ventana de Brama que se nombra en el hinduismo, el ojo celestial del cual hablan los antiguos chinos, el palacio Niwan que los taoístas conocen o el “asiento del alma” que Descartes exponía. En cualquiera de los casos, la ciencia y la realidad parecen haber encontrado un posible punto de roce en un espacio milimétrico, extraviado justo en el centro del cerebro.

 Fenomenología orgánica y psíquica de la Mediumnidad.

 

Hace casi un siglo que se estudian los fenómenos orgánicos y psíquicos de la mediumnidad. En Brasil, uno de los más importantes estudiosos en esa área es el neuropsiquiatra Sérgio Felipe de Oliveira, Master en Ciencias por la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo. En ésta entrevista nos cuenta un poco de sus estudios e investigaciones acerca de la glándula pineal y la mediumnidad.

Pregunta: ¿La ciencia reconoce ya el tema de la mediumnidad»?

Respuesta: El Código Internacional de Enfermedades (CID) nº 10 (F 44.3), en cierta forma, ya la reconoce; del mismo modo que el Tratado de Psiquiatría de Kaplan y Sadock, en el capítulo sobre las Teorías de la Personalidad, cuando se refiere al estado de trance y la posesión por espíritus. Carl Gustav Jung, a su vez, estudió a una médium poseída por espíritus. En fin, ya hay apertura como para discutir el tema desde el punto de vista científico.

P: En su curso, ¿cómo introduce a las personas al estudio de la mediumnidad?

R: Al inicio, es necesario presentar los conceptos de Universos Paralelos y la Teoría de las Supercuerdas, porque estas hipótesis científicas buscan la unificación de todas las fuerzas físicas conocidas y presuponen la existencia de 11 dimensiones, coincidiendo con la revelación espiritista sobre los diversos planos de la vida espiritual.

Tenemos que estudiar también otros temas científicos importantes, tales como la energía fluctuante cuántica del vacío, prevista por Einstein y desarrollada por Paul Dirac, el teorema de Gödel, y discutir un poco acerca del tipo de materia que participa de la constitución de los cuerpos sutiles del Espíritu, además de la dinámica de la Psicología Transpersonal. Así podremos entender mejor cómo se produce la comunicación entre los Espíritus ya sea que estén encarnados o desencarnados.

 

La glándula pineal es el órgano sensorial de la mediumnidad. Como un teléfono móvil, capta las ondas del espectro electromagnético que vienen de la dimensión espiritual.

P: ¿Qué sería, realmente, la mediumnidad?

R: La mediumnidad es una función de sensopercepción. Al igual que cualquier función de este tipo, para ejercerla es necesario que haya un órgano que capte y otro que interprete. En nuestra hipótesis de trabajo, la glándula pineal es el órgano sensorial de la mediumnidad, pues como un teléfono celular, capta las ondas del espectro electromagnético, que vienen de la dimensión espiritual, y el lóbulo frontal hace el juicio crítico del mensaje, auxiliado por las demás áreas encefálicas.

P: ¿Pero, la glándula pineal no se calcifica después de los 10 años de edad?

R: De hecho, ocurre la biomineralización de la glándula, ella se calcifica. En mi tesis de Master en la USP, investigué los cristales de apatita de la pineal, mediante la difracción de los rayos X, y además usé la tomografía computarizada y la resonancia magnética. Tuve la oportunidad de observar en los cristales una microcirculación sanguínea que los mantiene metabólicamente activos y vivos. Pienso que son estructuras diamagnéticas que repelen ligeramente el campo magnético, y eso hace que la onda camine en rebote de un cristal a otro. Así se produce el secuestro del campo magnético por la glándula. Cuantos más cristales tenga una persona, más posibilidades tendrá de captar ondas electromagnéticas. Los médiums ostensivos tienen más cristales.

P: ¿Cuáles son los síntomas de la mediumnidad?

R: Varían dependiendo del tipo de mediumnidad. En los fenómenos espíritas, como es el caso de la psicofonía, la psicografía, la posesión, etc., hay captación por los cristales de la glándula pineal y su activación es adrenérgica, quiere decir que puede ocurrir taquicardia, aumento del flujo renal, circulación periférica disminuida, etc. En el fenómeno anímico, en que el alma del encarnado se desplaza del cuerpo, o sea en los estados de desdoblamiento, los síntomas son otros: podemos tener disturbios del sueño, sonambulismo, terror nocturno, somnolencia diurna, ansiedad, fobia, etc. Encajan aquí también los fenómenos de cura y ectoplasmias. En los anímicos, ocurren más fenómenos colinérgicos: aumento de actividad del aparato digestivo, disminución de la presión arterial, etc.


P: ¿Quiere decir que la mediumnidad no se manifiesta siempre como fenómeno paranormal?

R: No siempre. Una buena parte de las veces, se expresa mediante alteraciones del comportamiento psicobiológico. Explico: la glándula pineal, el órgano sensorial, captaría las ondas del espectro magnético venidas de los universos paralelos; la percepción sería enviada al lóbulo frontal que la interpretaría. Pero para eso se requiere entrenamiento, y antes que nada, trascendencia, de lo contrario no se desarrolla esa área.

P: ¿Y si la persona no consigue esa trascendencia?

R: En ese caso, las ondas del espectro magnético van a influir, directamente, sobre las áreas del hipotálamo y las estructuras adyacentes, sin pasar por el juicio crítico del lóbulo frontal o sin su comando. Y la persona pierde el control del comportamiento psicobiológico u orgánico. Es lo que pasa en muchos casos de obesidad, cuando la persona come sin necesitarlo, o puede tener dificultad en las relaciones sexuales. Si el impacto se produce en el área de la agresividad, puede exacerbar la auto agresividad de la persona, y desencadenar depresión y fobia, o la heteroagresividad, que expresa violencia hacia otros. Si se acciona el Sistema Reticular Ascendente, que es el responsable de los estados de sueño y vigilia, pueden ocurrir disturbios en esta área. En los casos citados ocurren síntomas sin desarrollo mediúmnico, con alteraciones hormonales, psiquiátricas, orgánicas. Si no se controla el lóbulo frontal, predominan las áreas más primitivas. La persona no usa la capacidad de trascendencia. Son hipótesis que recogí en las investigaciones y en los elementos clínicos.

P: Si el paciente le pregunta a usted si su problema es espiritual u orgánico, ¿cómo le contesta?

R: No existe una cosa separada de la otra. Yo parto de la hipótesis de que la persona es Espíritu. Así, la influencia espiritual tiene repercusión biológica y los comportamientos psicorgánicos influyen sobre el Espíritu.

P: ¿Cómo integrar la Ciencia y la Espiritualidad?

R: El cerebro está embriológicamente previsto en el corazón. No existe raciocinio sin emoción. Solamente el desarrollo de la capacidad de amar construye la verdadera identidad de las personas. Mientras no haya una unión definitiva entre ciencia y espiritualidad, la humanidad no encontrará la paz y el amor.

 Dr. Sergio Felipe de Oliveira

Médico Psiquiatra, Doctor en Ciencias por la USP

Director Clínico del Instituto Pineal-Mind de São Paulo. Coordinador y Profesor responsable del curso de Postgrado Latu-Sensu de Psiquiatría Transpersonal (USP). 

Presidente de la Asociación Médico-Espírita de São Paulo

pinealmind@uol.com.br -Tomado de la revista Espírita No. 3

 

 

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